Mi HIJASTRO Vino a MÍ y me PIDIÓ… | Nunca…
Estaba levemente agachada, concentrada en limpiar el sofá, pasando el trapo de un lado a otro con movimientos casi automáticos. El sol de la mañana entraba a raudales por la ventana del salón, iluminando con suavidad la estancia. El aire era cálido, pegajoso, y el sonido del trapo rozando la tela del sofá parecía lo único que me rodeaba.