Mi Padre HIZO con mi amiga lo que nunca imaginó.
El padre de mi amiga, un hombre siempre tan educado y caballeroso, se levantó del sillón de cuero en el que había estado leyendo el periódico y se acercó a mí, con una sonrisa afable, pero esta vez su mirada tenía algo más… algo que me hizo sentir un pequeño nudo en el estómago. Agradeciendo a la joven del servicio le pidió que se retirara.